Subasta de muertos
Hace unos dias mi mama y mi hermana asistieron a una subasta de muertos donde se podia comprar el alma del infortunado y su boleto 'one way' al cielo resacatandolo de la incertidumbre del purgatorio, o en el peor de los casos de algun circulo dantesco infernal, claro, el precio variaba segun la condicion del luctuoso finado fallecido, por ejemplo, si la expersona venia de un peldaño mas o menos alto en la escala purgatoria, la subasta podria empezar desde los mil pesos por lo menos, ya que estaba cerca de cumplir su condena , el problema era la seccion acordonada donde habia que pedir un permiso especial para subastar y llenar una forma con suficientes argumentos por los que se deberia salvar al condenado de la eternidad de la ausencia* sin mencionar que este tipo de subastas comenzaban en los doscientos mil pesos y toda transaccion debia ser efectuada en efectivo. El aparador siniestro era parecido a una pecera gigante de vitrinas enverdecidas por el agua, formol o cualquiera que hubiese sido el liquido que imperecedia al cuerpo amarrado a cada cubiculo del acuario mortuorio donde se exhibia el fisico para escojer el alma y los candidatos a la compra elegir su destino. Una placa de bronce a un lado del producto explicaba la razon de la muerte, la fecha y el lugar donde se encontraban sus pecados, su memoria y su conciencia, enseguida su estatus social en el ranking divino y mas abajo el precio. Todos estaban emergidos en este mercado nuevo, gritando un precio con la mano arriba y enseguida una propuesta mayor, segun mi hermana, le gente con menos poder adquisitivo se asociaba y contaba sus monedas para contrarrestar los portafolios agabardinados que facilmente apostaban por mas, no se trataba de una contienda personal, la mayoria no conocia al que trataba de comprar , la gente se amontonaba delante de la pecera inerte para tratar de salvar a algun desconocido; una boca cocida con ixtle, unos testiculos en la boca, un estomago lleno de papeles dos orejas y su cabeza flotando a un lado, un hoyo entre las cejas, dos brazos con un reloj despedazado tocando la fatidica sinfonia mas famosa del universo: 'tic toc'... Las propuestas monetarias mas altas venian de los mismos vendedores que facilmente querian mantener esos espiritus en su estado habitual, o mejor, un poco mas abajo de lo que habia logrado escalar el muerto, es por eso que el pueblo gritaba y contaba sus pocos ahorros para rescatar al posible esclavo de la politica infernal. Compra a este niño mama!, grito mi hermana cuando tranquilamente mi madre guarda una factura en su bolsa y le contesta: Solo se puede un alma por persona, me encontre a mi amiga Maria Elena, salio muy barata, no habia contendientes. *La eternidad de la ausencia no es idea mia ni de Bunbury, sino de Alighieri. |
0 Comments:
Post a Comment
<< Home