Regalo del 14 de Febrero

Un regalito que hice hace tiempo...


Que fácil fue expulsar la esperanza
de tu doliente camino,
malentendiste y profanaste el tiempo,
necesario para purificar perdón y convocar olvido.

Nos jugamos el destino, la partida
y el último trago amargo
en el destierro de la vida.
Apostamos corazones,
mordiste la mano y fabricaste un engaño,
disfrazando con cinismo los errores.

Racimo de flores muertas,
virtud en convulsión de agonía,
desgarras la falda de tu nostalgia
y vistes de coincidencias al día.

En tu conciencia se abrió un abismo,
te sigo diciendo lo mismo,
nada nos pasa por suerte
y si no volviera a verte
agradeceré a mi paciencia
por soportar tu demencia,
por bajarme de mi cumbre
y brincar del sartén a la lumbre,
prefiero ser infeliz razonable,
a convertirme en tu imbécil confiable.

Yo no soy como tus ventas
a las que resuelves a tientas,
ni como tus amigos
que se la viven dormidos,
uno por mojigato
al que das un muy buen trato
el otro por delincuente
que hace alarde de inocente,
el primero no tiene vicios
los suple por sus prejuicios,
el segundo en la otra esquina
traficante de aspirina,
cada quien en su forma
sin excepción a la norma,
se reúnen cada mes
en el club de la idiotez,
por favor no me compares
que la ofensa no perdona,
si es que te interesa un poco
la salud en tu persona.


Se me olvidaba decirte
que no tiraras mi anillo,
puedes dárselo a tu hermana
para llenar su bolsillo,
ya ves que es una tristeza
que a la pobrecita princesa
siempre se le cae el teatro
por comprar algo barato,
no dejes que su majestad
quede mal en sociedad,
ya le conozco su juego:
siempre que sube a su ego
termina dando vergüenza,
azotando hasta el suelo
de su baja inteligencia.

Te pido como favor que me dejes de llamar
porque aunque estamos lejos
no nos hagamos pendejos
de ti no me puedo escapar
y aunque esto ya no funciona
ni como canción de Arjona,
quiero que quede bien claro
aunque te parezca raro,
que no debes de exigir
lo que nunca puedes dar.

Aquí se acaban los planes,
pero también nuestros males,
ya puedes fijarte otra meta,
hasta mudarte del planeta,
se nos cae la ultima gota,
del vaso de tolerancia,
dejo de ser tu mascota
y recupero mi vagancia.

Independientemente de que ya me tengas harto,
creo que los dos debemos evitarnos un infarto,
acabar con las condenas y romper con las cadenas,
no lo hagamos por sentencia, hagámoslo por cordura,
no generemos mas daño, y aunque todo este en el caño,
no quiero mas amargura.

Tal vez me vaya de aquí
no me preguntes a donde,
lo que importa es quien responde
a la hora de partir,
y si algún día me encontraras,
en Chihuahua o en Paris,
no me dejes tus lamentos
ya vendrán otros momentos
y es que aparte de falsedades,
nunca fuiste buena actriz.


Nos conocimos por accidente
y te ha calado hasta los huesos,
la próxima será diferente
y sin caer en los excesos,
ya llegaran otros barcos
cargados de buenos tiempos,
pues estos cambiantes vientos
me han reventado los sesos,
descompuesto mis canciones
y extraviado mis razones.

Solo me queda desearte
que te vaya de maravilla,
en las distancias que corras
cuando te falte una milla
que no te asalte el llanto
no habrá sabor al llegar,
toma aire mientras tanto
en lo que aprendes a amar.

No puedo enviarte dinero
y no es porque sea malo, .
este catorce de febrero
te envío este humilde regalo,
lo he escrito hoy para ti
aunque ya no estés aquí,
y si no crees conveniente
que se haya enterado la gente,
ya no hay nada por hacer
las palabras que tiramos
no se pueden recoger.

Me largo y permanezco ausente
en espera de otra reina,
aquí te dejo la presente,
firma Alejandro Leyva.